La probabilidad de sufrir impotencia tras una operación de próstata variará según la intervención y de si se trata de un cáncer o una hiperplasia benigna de próstata.

La impotencia tras una operación de próstata es uno de los grandes fantasmas de los pacientes que sufren o bien cáncer de este órgano o bien una hiperplasia benigna. La probabilidad de que se dé una impotencia o disfunción eréctil del pene permanente tras una intervención de próstata variará según se trate de una operación de extirpación de la próstata debido a un cáncer o alguna de las intervenciones para reducir una hiperplasia benigna.

El problema es que al extirpar o reducir la próstata el cirujano puede tocar o seccionar los músculos encargados de la erección, los vasos sanguíneos o los nervios, que se unen una zona que se conoce como bandeletas neurovasculares. Cuanto más agresiva sea la operación, mayor es la probabilidad de lesionar esta zona y por tanto dejar al paciente impotente, temporal o permanentemente, en función del daño producido.

Probabilidad de impotencia tras una extirpación por cáncer de próstata

En caso de cáncer de próstata, la intervención no admite medias tintas porque el tumor es maligno y puede hacer una metástasis a otros órganos, es decir, puede extenderse mortalmente. Por lo tanto, en estos casos se realiza una extirpación total de la próstata (prostatectomía radical abierta) para evitar dejar cualquier resto canceroso en la zona.

Es una operación muy agresiva que implica un alto riesgo de tocar las bandeletas neurovasculares y por tanto de dejar al paciente impotente, pero como se ha dicho, se prima la eliminación de todo resto canceroso. La probabilidad de impotencia tras esta intervención está por encima del 50% de los casos, aunque a veces la disfunción revierte al cabo más o menos de un año si el daño en la zona ha sido parcial.

Existe la posibilidad de ser intervenido por una variante de la prostatectomía radical abierta que es el uso del robot da vinci, una herramienta de alta precisión que reduce algo más la probabilidad de quedar impotente, pero la misma sigue siendo alta.

Probabilidad de impotencia tras una resección transuretral por hiperplasia benigna de próstata

En el caso de que se trate de una hiperplasia benigna de próstata, es una operación mucho menos agresiva, ya que el crecimiento excesivo del órgano no se debe a un tumor maligno sino a una inflamación permanente. Por lo tanto, las intervenciones en esta patología irán encaminadas a reducir el tamaño de la próstata para liberar al sistema urinario de la presión que le ejerce y que disminuye la calidad de vida del paciente en lo relativo a la micción.

Dentro del abanico de operaciones para tratar la hiperplasia benigna, está la resección transuretral, que implica una extracción mecánica de parte del tejido hipertrofiado. Su probabilidad de dejar impotente al paciente, que depende también mucho de la habilidad del cirujano y del tamaño y anatomía de la próstata, baja hasta entre el 3 y el 6% de los casos.

Probabilidad de impotencia tras una operación de láser verde en una hiperplasia benigna de próstata

La operación de próstata por láser verde aplicada a la hiperplasia benigna es todavía menos invasiva y agresiva que la resección transneural, ya que la reducción del tejido hipertrofiado que obstruye uretra y complica el control de la vejiga se produce por técnicas termo lumínicas, que vaporizan las células a la vez que sellan los vasos que las irrigaban.

En este caso, como no hay acción mecánica sobre la zona, la probabilidad de que se dé una impotencia postoperatoria se reduce al 1% de los casos, siempre en función de la anatomía de la próstata y la habilidad del cirujano.

Probabilidad de impotencia tras un urolift en una hiperplasia benigna de próstata

En el caso de esta operación no hay acción alguna sobre la próstata, sino que lo que se hace es colocar unos implantes de contención alrededor de la uretra que apartan la próstata hipertrofiada del conducto urinario, de modo que no lo obstruya.

Se trata de una operación muy moderna pero que precisa de una casuística muy concreta, como que la próstata inflamada pese menos de 50 gramos. Pero cuenta con la enorme ventaja de que esta operación de próstata tiene un tiempo recuperación casi inmediato y que su probabilidad de dejar impotente al paciente es prácticamente un 0%.

A partir de los 45 años todos los hombres deberían llevar un control del crecimiento de su próstata y consultar a un urólogo para evitar posibles complicaciones al mensos una vez al año.

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