Si tras haberte realizado el estudio de fertilidad y  las pruebas de fertilidad necesarias para una fecundación in vitro has decidido tener un bebé mediante este método, te contamos cómo se consigue un embarazo in vitro paso a paso.

Embarazo in vitro: Estimulación ovárica

Desde el segundo o tercer día del ciclo la mujer recibe una medicación hormonal, cuya dosis y tipo se adecúa a sus necesidades, mediante una inyección subcutánea. Al cuarto día de recibir el tratamiento de Fecundación In Vitro, por norma general, se empezará a controlar el número de folículos que están madurando y su tamaño, mediante una ecografía vaginal.

Muchos médicos deciden combinar las ecografías con analíticas para conocer el nivel de estradiol en sangre, una hormona que producen los folículos en su crecimiento.

El objetivo de la estimulación ovárica es conseguir un buen número de óvulos maduros y de calidad, con un tamaño de unos 18 milímetros de diámetro.

La duración de esta primera fase suele ser de unos 12 a 14 días, pudiendo ser más o menos larga. De ahí que los controles vaginales en las últimas jornadas del proceso sean prácticamente diarios. Cuando los óvulos alcancen el tamaño deseado, se administrará a la paciente una inyección de otra hormona, HCG, que 36 horas después desencadenará la ovulación.

Embarazo in vitro: punción ovárica

La punción ovárica o punción folicular consiste en la extracción de los óvulos maduros por vía vaginalAl ser un proceso controlado mediante la medicación, coincide con el momento en el que se acaba de producir la ovulación. Se realiza bajo sedación y no dura más de 15 minutos.

Los ovocitos se extraen empleando una aguja que los aspira y la intervención es controlada por ultrasonidos. Una vez terminada, la paciente despierta rápidamente y se le da el alta en cuanto su médico considera que está preparada para ello, no suele pasar más de un par de horas.

Embarazo in vitro: fecundación de los óvulos

El mismo día de la punción ovárica, el hombre deberá entregar su muestra de semen (en caso de que no sea una fecundación in vitro con semen de donante), para que sea preparado para fecundar el óvulo. Dependiendo del caso, se puede optar por colocar los espermatozoides junto a los óvulos en la llamada placa de Petri o por realizar una ICSI, microinyección espermática intracitoplasmática, por sus siglas en inglés, (Intra Cytoplasmic Sperm Injection) se trata de introducir el espermatozoide en el interior del óvulo.

Embarazo in vitro: cultivo del embrión

Una vez formado el cigoto se procederá a realizar su cultivo. Cuando el óvulo una vez fecundado comienza a dividirse celularmente se convierte en un embrión, que crece en incubadoras preparadas con ese fin. Se mantienen bajo vigilancia todo el tiempo para asegurar un crecimiento adecuado.

Los médicos decidirán si es mejor hacer un cultivo corto, al considerar que resulta conveniente que continúen su desarrollo en el útero materno, o largo, ya que si el embrión llega a blastocito tiene más posibilidades de implantarse, pero se pueden perder más embriones.

Se seleccionarán entre uno y tres embriones, el máximo que permite la ley en España, y el resto, si los hubiera, se congelarán para poder ser utilizados más adelante.

Embarazo in vitro: transferencia de embriones

Una vez seleccionados los mejores embriones, se realizará su transferencia. El proceso es similar a la utilizada en la extracción de óvulos, empleándose un espéculo para abrir la vagina y una cánula para transferir los embriones al útero. Toda la operación se realiza bajo control ecográfico.

Una vez transferidos, será necesario seguir todas las recomendaciones del equipo médico en cuanto a medicación y el reposo tras la fecundación in vitro (FIV). Pasado unos 10 días llegará el momento de realizar una analítica para conocer si estamos embarazadas.

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