Aunque pueda parecer lo contrario, la fimosis en niños es completamente normal. De hecho, la mayor parte de los niños nace con fimosis y ésta acostumbra a resolverse en los primeros años de vida.

Asimismo, en el momento del nacimiento también se producen adherencias balanoprepuciales. Es decir, el glande y el prepucio aparecen pegados por un tejido fibroso fino.

¿En qué consiste la fimosis en niños?

Básicamente, la fimosis consiste en un estrechamiento de la abertura del prepucio, que es la piel que recubre el glande del pene. De esta manera, hablamos de fimosis en niños cuando no existe posibilidad de retraer por completo la piel del prepucio dejando al descubierto la totalidad del glande.

Por regla general, la fimosis se va corrigiendo con el paso del tiempo. El propio crecimiento del pene, las erecciones ocasionales y las secreciones producidas localmente ayudan a ello. Así pues, se calcula que a los 4 años el 80 % de los niños retrae el prepucio con total normalidad. Un 19% restante lo irá consiguiendo con el paso del tiempo, y a los 16 años quedará un 1% incapaz de poder hacerlo.

¿Siempre es necesario operar la fimosis en niños?

Al tratarse de un proceso natural y común entre los niños no siempre es necesario operar la fimosis. Normalmente, el cuidado de la higiene local combinado con suaves retracciones del prepucio pueden ser suficientes.

No obstante, si los problemas persisten y se producen síntomas asociados como, por ejemplo, fuertes dolores, inflamaciones o infecciones de orina, deberán tomarse las medidas necesarias.

¿Cómo se realiza la operación de fimosis en niños?

La operación de fimosis (postectomía o circuncisión) es una sencilla intervención quirúrgica mediante la cual se elimina total o parcialmente la piel del prepucio. No requiere de ingreso hospitalario, se realiza con anestesia local y tiene una duración de 30-40 minutos, aproximadamente.

Después de la intervención, el niño puede volver inmediatamente a su vida normal, siempre y cuando evite esfuerzos y ejercicios físicos durante los primeros días. También se debe cuidar la herida producida por la operación y extremar las medidas higiénicas hasta que se caigan los puntos (entre una y dos semanas).

¿Es una buena costumbre descubrir el glande de los niños?

Las recomendaciones médicas apuntan a que, al tratarse de una zona íntima y sensible, no es conveniente forzar el prepucio. Antes de los 3 o 4 años lo más conveniente por parte de los padres es controlar que no se produzca ninguna malformación o anomalía.

Es importante, eso sí, cuidar la higiene y los baños regulares. En cuanto a descubrir el glande, los pediatras son partidarios de que sea el propio niño quien se acostumbre a estirarse la piel con regularidad pero sin forzar ni causar daño o dolor.

¿Cuál es la mejor edad para operar de fimosis al niño?

Según la SECP (Sociedad Española de Cirugía Pediátrica), la fimosis se considera fisiológica hasta que el niño cumple los 4 años. De este modo, la intervención quirúrgica se recomienda a partir de esa edad. Sólo antes precisan de intervención quirúrgica algunos niños que sufren infecciones o que tienen dificultades para la micción.

En cualquier caso, siempre es conveniente una intervención precoz y no esperar a la adolescencia. Además de los problemas psicológicos que podría comportarle al niño el retraso de la intervención, se corre el riesgo de aumentar la probabilidad de que la fimosis cause infecciones locales en el prepucio.

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