Tras cuidar tu alimentación para aumentar la fertilidad, ¡Enhorabuena, estás embarazada! Ahora tienes por delante nueve meses en los que deberás preocuparte por cuidar tu salud y la de tu futuro hijo/a evitando esos alimentos prohibidos durante el embarazo.

Y los primeros placeres (hábitos tóxicos) a los que tendrás que decir adiós son el alcohol y el tabaco. Con este último puede haber una cierta permisividad, aunque está comprobado que perjudica la salud de tu bebé, pero del alcohol debes olvidarte por completo. Ni una gota.

Y es que multitud de estudios han demostrado que el alcohol puede llegar a penetrar fácilmente en la sangre del feto. De hecho se encontraría casi en la misma proporción que en la sangre materna. Las consecuencias para el bebé serían deficiencias neurodegenerativas de distinta gravedad, bajo peso y talla al nacer, síndrome alcohólico fetal, mayor riesgo de parto prematuro y de mortalidad neonatal, entre otras.

¿Qué puedes comer y qué no durante el embarazo? Alimentos prohibidos

La mayoría de mujeres embarazadas expresan su preocupación respecto a los alimentos prohibidos. ¿Cuáles son y por qué se recomienda no consumirlos?

- Pescado azul de gran tamaño. Cuánto más grande es el pescado mayor probabilidad de que contenga mercurio. Los peces de gran tamaño, además de ser depredadores, viven en aguas contaminadas por metales pesados. Por contra, estos pescados son ricos en ácidos grasos omega3, muy beneficiosos para el desarrollo del cerebro de los bebés, además de ser una fuente de vitaminas A, D, E, B6 y B12. Por tanto, se recomienda evitar el consumo de pescado azul de gran tamaño como el atún rojo, el pez espada, el lucio o el tiburón, así como los mariscos. En su lugar es preferible optar por el pescado azul de tamaño pequeño como los boquerones o las sardinas.

Puedes consumir entre una y dos raciones de pescado azul o blanco a la semana.

- Productos crudos o muy poco cocinados. Tanto si se trata de carnes como de pescados siempre hay que cocinarlos muy bien, así que despídete del sushi, los boquerones en vinagre, los carpaccios, el steak tartar o el ceviche. El pescado crudo o poco hecho puede provocar infecciones por salmonella, listeria, norovirus, parásitos, etc. y alguna de ellas puede llegar a trasmitirse al feto provocando un aborto, un parto prematuro o el fallecimiento del bebé.

Las carnes crudas o poco cocinadas y los embutidos también pueden llegar a provocar infecciones por bacterias o parásitos, como la toxoplasmosis, con graves consecuencias para el feto: retraso mental, ceguera, patologías neurológicas e incluso, pueden comprometer su vida.

En el caso de los embutidos puedes congelarlos antes de consumirlos para evitar estos riesgos.

- Leche y derivados lácteos no pasteurizados Como los quesos frescos, brie, camembert, roquefort o feta ya que pueden estar contaminados por listeria, salmonella, Escherichia Coli y campilobacter.

- Huevos crudos Ya que existe la posibilidad de contraer salmonelosis y aunque normalmente solo afectaría a la madre, es mejor no correr riesgos.

Alimentos de los que se debe moderar su consumo cuando estás embarazada

- Café y otras bebidas con cafeína como los refrescos de cola, el té y también el chocolate. La cafeína traspasa la barrera placentaria llegando al feto que no es capaz de metabolizarla. Puede provocar el nacimiento de bebés con bajo peso. El límite diario de cafeína es de 300 mg lo que equivale a 3 tazas de café. Una taza de café aporta unos 105 mg de cafeína mientras que de una lata de refresco de cola contiene 38 mg, una taza de té 10 mg y 40 gramos de chocolate negro tendrían 194 mg.

- Hígado, foie, paté…
son ricos en vitamina A y cobre lo que puede provocar una excesiva acumulación en el organismo que resulte tóxica para el bebé dando lugar a defectos en su desarrollo. No deberías consumir más de una ración a la semana y siempre que estén bien cocinados y/o conservados.

Extrema las medidas higiénicas:

  • Frutas y verduras. Lávalas bien antes de prepararlas y evita tomarlas crudas si estás fuera de casa.
  • Lávate siempre las manos antes de preparar las comidas.
  • Mantén limpias las superficies en las que manipulas los alimentos.
  • A la hora de conservar los alimentos evita mezclar los que están crudos con otros cocinados.

¡Ánimo mujer!, son pequeños sacrificios por la salud de la personita que más quieres. Y eso es lo más importante. Si quieres mejorar tus hábitos alimenticios durante esta etapa de tu vida, no dudes en visitar un nutricionista a precios especiales en los mejores centros médicos de la ciudad.