La toxoplasmosis es una infección producida por un parasito llamado toxoplasma gondii. Es transmitida por algunos animales, por ejemplo, el gato o animales de granja, que la pueden transmitir a través de alimentos que no están cocinados como los embutidos o sus heces.

Esta enfermedad es de las que más preocupan a las embarazadas porque si se contrae el parásito estando embarazada puede afectar al bebé. Si eso sucediera, el niño sería contagiado antes de nacer y tendría lo que se conoce por Toxoplasmosis congénita. Aunque tranquila, es algo muy poco frecuente, sólo 1 de cada 1.000 bebés resultan afectados.

Toxoplasmosis: síntomas

Los síntomas de la toxoplasmosis son poco habituales, es decir, que aún teniendo el parásito puede que no notemos nada. Si hay síntomas, estos pueden ser fiebre, vómitos, erupciones cutáneas, dolores musculares... Suele decirse que los síntomas son muy parecidos a los de una gripe o catarro común.

De todas formas no te preocupes porque en el primer análisis de sangre que te mandará hacer el ginecólogo, pedirá información para conocer la presencia o no de anticuerpos de la toxoplasmosis (IgM). En los resultados de la analítica puede aparecer toxoplasmosis negativa, en ese caso, significa que no tienes el parásito, o toxoplasmosis positiva, en caso de que tengas el parásito en tu organismo.

Muchas de las personas adultas ya la han sufrido, la mayoría de ellas sin síntomas. Sufrir la enfermedad te inmuniza de por vida, así que si eres una de ella, no te preocupes que no podrás transmitirla a tu bebé.

Pero si eres una de las personas que aún no la ha pasado, el médico te recomendará una serie de medidas para evitar el contagio de la Toxoplasmosis.

¿Cómo evitar el contagio de la Toxoplasmosis?

Si el resultado ha sido negativo en toxoplasmosis durante las analíticas del embarazo, el médico te recomendará las siguientes instrucciones:
  • Lávate bien las manos antes de comer y tras tocar carnes crudas o estar en contacto con tierra o animales.
  • Limpia los utensilios para cortar carne cruda y no los uses para cortar verduras y frutas.
  • Toxoplasmosis y gatos: Si tienes un gato deberás usa guantes para tocar la tierra del jardín y no toques las heces, ni el arenero donde las haga.
  • Toxoplasmosis y perros: Un perro puede sufrir la enfermedad al igual que nosotros pero no puede contagiarte porque en sus heces no se encuentra el parásito que la transmite.

La toxoplasmosis y los alimentos prohibidos durante el embarazo

Estas son algunas recomendaciones que debes tener en cuenta a la hora de manipular los alimentos que vas a consumir:
  • Cocina las carnes muy hechas
  • Evita comer huevos crudos
  • No bebas agua si no conoces su procedencia
  • Bebe sólo leche pasteurizada y quesos pasteurizados
  • Lava las frutas y verduras antes de consumirlas con lejía para alimentación
  • Evita embutidos como jamón serrano, chorizo, salchichón si no los has congelado previamente.
  • Sí puedes comer jamón york, mortadela, o pavo cocido.

Tengo toxoplasmosis, ¿qué hago?

Si aún siguiendo las recomendaciones de tu médico ginecólogo te has contagiado, debes saber que el pronóstico es diferente según el momento del embarazo en el que estés.

Según en el trimestre del embarazo en el que estés la infección al bebé es distinta:
  • La mamá puede transmitir el parasito a su bebé en un 15% en el primer trimestre
  • La mamá puede transmitir el parasito a su bebé en un 50% en el segundo trimestre
  • La mamá puede transmitir el parasito a su bebé en un 75% en el tercer trimestre

Por otro lado, son más peligrosos los efectos de la infección al bebé en el primer trimestre que en el tercero, que suelen ser mínimos. Por lo tanto, debemos extremar las precauciones durante el primer trimestre del embarazo, ya que la toxoplasmosis en el tercer trimestre o la toxoplasmosis a los 7 meses de embarazo, serán menores los efectos en el bebé.

Si estoy embarazada ¿Puedo tener gato?

Es lo que siempre hemos oído, “no toques al gato que te puede infectar algo”. Pues al contrario a lo que solemos creer, el contagio no se produce al estar en contacto con un gato. Podemos acariciarle y tener un gato, siempre que no sea portador del parásito.

Si el gato vive en una casa y no sale de ella, es muy difícil que coma carne cruda infectada. Pero si nuestro gato entra y sale al exterior, caza pájaros o ratones y tiene contacto con otros gatos, en este caso sí que habría que extremar las precauciones.

Si nuestro gato se infectase, tardaría entre 3 y 20 días en manifestarse. Durante unos 30 días liberaría los quistes en las heces, los que hacen que te infectes. Por eso es importante que quién tenga gato no manipule la limpieza del arenero ni las heces, pídele a alguien que lo haga por ti.

Nos gusta cuidarte.