Las técnicas de relajación pueden ser de gran ayuda en el caso de que el estrés sea continuado, ya que puede causarnos problemas de salud como depresión, ansiedad o dolores de cabeza entre otros.

Cuando sientes estrés el organismo responde liberando una serie de hormonas que aumentan la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Estas hormonas hacen que el cerebro esté más alerta, haciendo que los músculos se tensionen y aumenta el pulso. Dichas hormonas, son segregadas por el sistema endocrino e interpretadas por nuestro cerebro.

¿Cómo pueden ayudar las técnicas de relajación?

Con las técnicas de relajación podemos conseguir liberar el estrés de nuestro día a día, evitando los problemas de salud que este lleva consigo.

El estrés es un sentimiento que suele aparecer por una tensión física o emocional. Este sentimiento puede surgir debido a cualquier situación o pensamiento negativo. Existen dos tipos de estrés, por un lado esta el estrés agudo, que se produce a corto plazo y desaparece rápidamente. Por otro lado el estrés crónico, es el que dura un periodo de tiempo prolongado, si dura más de dos semanas o meses es crónico. En este último caso es en el que más atención debería recibir y considerar seriamente practicar algún tipo de técnica de relajación para acabar con el o disminuir dicho sentimiento.

Como comentábamos anteriormente tener estrés de vez en cuando es algo normal ya que se trata de un sentimiento, pero si este persiste y se convierte en algo crónico nos puede acarrear diferentes problemas de salud como:

• Presión arterial alta
• Insuficiencia cardíaca
• Diabetes
• Obesidad
• Depresión o ansiedad
• Problemas de la piel, como acné o eczema
• Problemas menstruales

¿Cuándo utilizar las técnicas de relajación?

A diferencia de muchos otros tratamientos para el estrés debemos de tener en cuenta que las técnicas de relajación no tienen efectos secundarios. Su poder de actuación se basa en autorregular la forma en la que son segregadas las sustancias químicas de nuestro cuerpo, para combatir la ansiedad.

Por lo tanto, las técnicas de relajación pueden ser utilizadas en cualquier momento, hasta cuando no estemos estresados. Se pueden introducir en nuestra rutina diaria siempre que queramos para sentirnos mejor y más tranquilos

Técnicas de Relajación:

A continuación te dejamos una lista de algunas técnicas de relajación que puedes utilizar en tu día a día como rutina o cuando creas que lo necesitas para acabar con el estrés:

1. Respiraciones profundas: Son una de las técnicas más comunes para relajarse y se pueden hacer en cualquier lugar. Para realizarlas siéntate o acuéstate y coloca una mano sobre tu estómago y la otra sobre tu corazón. Inhala lentamente aire hasta sentir que e estómago se llena, aguanta la respiración por un momento y a continuación exhala lentamente sintiendo que vas vaciando el estómago poco a poco.

2. Meditación: La principal función de la meditación consiste en concentrar la atención para ayudarte a sentirte más relajado. Practicarla con frecuencia, puede ayudarte a responder a tus emociones y pensamientos de una forma más calmada.

3.Yoga: El yoga es una práctica ancestral que cuyo origen se remonta a la filosofía de la India. Su práctica combina posturas y movimientos con respiraciones controladas y meditación. Las posturas que se realizan en yoga tienen como finalidad incrementar la fuerza y la flexibilidad.

4. Imaginación Guiada: Para esta práctica será necesario dirigir tu atención hacia un escenario imaginado que transmita paz y calma. Con los ojos cerrados tienes que imaginar un entorno que te proporcione paz, puedes poner música de fondo para que la experiencia sea más real. Recorre y siente el entorno imaginario que te ayuda a estar relajado. Al cabo de un tiempo, haz que este vaya desapareciendo poco a poco y focaliza gradualmente tu atención en la respiración. Cuando no quede nada de esa imagen abre los ojos y ya habrás terminado la imaginación guiada.

5. Mindfulness: El Mindfulness se está volviendo cada vez más popular y es que se trata de una excelente técnica de relajación. El objetivo de esta práctica es conseguir un profundo estado de conciencia. El Mindfulness consigue separar a la persona de sus propios pensamientos, para poder reconocerlos y poner en duda los patrones mentales.