Las ecografías son pruebas prenatales que pueden brindar una gran cantidad de información sobre el desarrollo fetal, la placenta y el líquido amniótico.

En la ecografía se utilizan las ondas ultrasónicas que al chocar con los órganos, rebotan en forma de eco y éste es recogido formando imágenes de las estructuras internas. El medio idóneo para la propagación de las ondas es cualquier estructura con alto contenido de agua, por lo que resulta un sistema ideal de exploración durante el embarazo.

El ultrasonido es una técnica sencilla, inocua e indolora. No implica una radiación ni exposición, por lo que es segura tanto para el feto como para la madre.

Tipos de ecografía

A lo largo del embarazo se suelen realizar tres ecografías, una por trimestre. Esta técnica que se comenzó a utilizar en los años 70 ha experimentado un gran avance hasta el día de hoy.

  • Ecografías 2D: son en blanco y negro y en dos dimensiones. Muestran datos muy precisos por lo que, aunque la imagen sea borrosa, son las que más se utilizan en las pruebas de diagnóstico prenatal.
  • Ecografía Doppler pulsado: sirven para estudiar los vasos sanguíneos y el corazón. Se recoge en forma de gráfica el patrón de flujo, es decir, la cantidad de sangre que fluye en un vaso sanguíneo determinado y se compara con patrones de normalidad. Esta técnica nos permite conocer el estado de la placenta, el estado de la oxigenación fetal y si la sangre fluye correctamente a través de las válvulas y cavidades cardiacas y grandes vasos sanguíneos.
  • Ecografías Doppler color: al igual que la anterior sirve para estudiar vasos sanguíneos y el corazón. Recoge los flujos sanguíneos en diferentes colores lo que da información sobre el estado de la placenta, la oxigenación fetal y si la sangre fluye con normalidad. Se recomiendan cuando hay alguna alteración que pueda comprometer la salud del bebé como puede ser hipertensión, diabetes o retraso en el crecimiento.
  • Ecografía 3D: permite ver al feto en tres dimensiones, ya que recoge información de manera volumétrica. Esta técnica nos posibilita ver la superficie del feto con mayor facilidad, pero también estructuras internas como el esqueleto. También permite hacer cortes de distintos planos para conseguir una mayor evaluación del feto. Se recomienda efectuarlas entre la semana 26 y 29 de gestación que es cuando el bebé tiene el tamaño apropiado para ser visualizado.
  • Ecografía 4D: es el desarrollo tecnológico más reciente en este campo, se diferencia de la 3D en que las imágenes recogidas son en tiempo real; en las 3D llegan con un pequeño retraso. En una ecografía en 4D puede verse al bebé chupándose el dedo, sonriendo o moviendo sus manitas.


El momento idóneo para realizar este tipo de ecografía es entre la semana 25 y la 28 de gestación, momento en que el bebé ya tiene un aspecto muy similar al que tendrá cuando nazca. Después de la semana 32 la posición fetal y la disminución del líquido amniótico dificultan las condiciones de visualización.

  • Reportaje ecográfico 4D: se les da a los padres en formato CD o en un pen drive junto a una ecografía en 3D. Es un bonito recuerdo para enseñar a la familia y a los amigos y para conocer la carita de tu bebé antes de nacer. Los gabinetes ecográficos ofrecen este servicio a los padres que, además de estar preocupados por el estado del feto, quieren tener un reportaje sobre el aspecto físico de su futuro hijo.
  • Ecografía 5D: Se trata de una segunda generación de ecógrafos 4D que facilita unas imágenes excepcionales, dando un nivel de realismo aún mayor. Así pues, la ecografía 5D es similar a la 3D y 4D, pero con una imagen con mucha más resolución y nitidez, “casi real”. Permite una representación de la anatomía fetal más clara, nítida y detallada que las obtenidas hasta la fecha con los anteriores ecógrafos. Por tanto, el color amarillento de las imágenes 4D clásicas es reemplazado por una tonalidad muy parecida a la de la verdadera piel del bebé.


En España, la Seguridad Social solo indica tres ecografías durante el embarazo, una por trimestre. Las ecografías solo son 2D (primer y tercer trimestre) y Doppler (segundo trimestre). No está comprobado que las ecografías en 3D y 4D mejoren el diagnóstico de anomalías en el feto, pero pueden ser de ayuda en la evaluación de alguna anomalía detectada previamente en alguna de las ecografías rutinarias.