Aunque existe mayor concienciación sobre la protección frente al sol entre la población española, aún queda mucho por hacer para adoptar unos hábitos óptimos. La mayoría solamente cuida su piel en verano para evitar manchas de piel protegiendose de la radiación solar y, principalmente, cuando acude a la playa o la piscina, pero muy pocos tienen la costumbre de tomar medidas adecuadas a lo largo de todo el año.

Asimismo, hay una tendencia general a descuidar aquellas zonas altamente sensibles, como labios, orejas, nariz o párpados. Precisamente, se ha detectado que muchos de los cánceres de piel tienen su origen en la falta de protección adecuada en estas zonas más vulnerables.

Un falso mito es pensar que solamente podemos sufrir los efectos nocivos de los rayos UVA y UVB cuando estamos tumbados al sol, pero también podemos desarrollar células cancerígenas cuando estamos en la ciudad, en un paseo por la montaña o incluso bajo el agua, por lo que "es fundamental protegerse del sol los 365 días del año y en cualquier lugar”, explica Pilar Pérez Rivas, profesora de la Universidad Internacional de La Rioja y responsable de formación de Laboratorios Uriage con motivo del Día Europeo de la Prevención del Cáncer de Piel que se celebra el 13 de junio.

Además, hay que prestar especial atención a las zonas más sensibles y que están más expuestas a los rayos solares durante todo el año, puesto que el 85% de los tumores malignos aparecen en zonas de la cara, en el escote y en el cuero cabelludo.

Sol y playa: Recomendaciones para los niños

Entre los grupos de mayor riesgo se encuentran los niños. La piel tiene memoria y las quemaduras por exposición solar durante la infancia aumentan las posibilidades de desarrollar alguna célula cancerígena cuando son adultos. Por eso es vital educar a los niños a mantener unos hábitos correctos frente al sol, sobre todo cuando tienen mayor autonomía.

Así, es clave utilizar un cuidado solar con la máxima fotoprotección, aplicarlo 30 minutos antes de la exposición y con una dosis homogénea y generosa y repetir la aplicación, además de evitar las horas centrales del día que son las más dañinas y protegerles con una gorra o sombrero para la exposición en las zonas sensibles de la cara.

En el caso de los menores de 3 años, se recomienda no exponerlos al sol, aunque esta medida no siempre es posible puesto que el niño está en continuo movimiento y con actividades al aire libre. Para ello, se recomienda utilizar fotoprotectores con filtros minerales, ya que la piel de los bebés es más sensible y podría desarrollar sensibilidad a los filtros químicos.

El melanoma

El cáncer de piel es, con diferencia, el más común de todos los tipos de cáncer y, aunque el melanoma representa tan sólo el 5% de los casos, es el causante de la gran mayoría de muertes por este tipo de cáncer.

Cuando las células tumorales, con capacidad de invadir los tejidos sanos de alrededor y de alcanzar órganos alejados e implantarse en ellos se originan partir de los melanocitos, hablamos de melanoma. A pesar de que la mayoría de los melanomas se originan en la piel, por ejemplo en el tronco o en las extremidades, también pueden aparecer en otras superficies del cuerpo (como la mucosa de la boca, del recto o de la vagina, o en los ojos).

La incidencia del melanoma en los últimos diez años prácticamente se ha duplicado. Cada año se diagnostican en España 3.200 casos de melanoma, y su incidencia está creciendo entre los jóvenes de entre 25 y 29 años.

Existen factores de riesgo que incrementan la probabilidad de sufrir un melanoma:

  • Riesgo muy aumentado: Número elevado de nevus (sobre todo más de 50), presencia de nevus atípicos en pacientes con antecedentes familiares de melanoma, lesiones pigmentadas con cambios clínicos.
  • Riesgo moderadamente aumentado: Historia previa de melanoma, historia familiar de melanoma, nevus atípicos sin historia familiar de melanoma, fototipo de piel clara (I y II).
  • Riesgo discretamente aumentado: Quemadura solar fácil, sin pigmentación, inmunosupresión por trasplante.

El melanoma es, con diferencia, el más común de todos los tipos de cáncer y, aunque el melanoma representa tan sólo el 5% de los casos, es el causante de la gran mayoría de muertes por este tipo de cáncer.

La regla de ABCDE para prevención de cáncer de piel

Los melanomas suelen ser asimétricos, de bordes irregulares, colores varios y habitualmente con un diámetro superior a 6 mm (el tamaño de la goma de borrar de un lápiz). Por tanto, los expertos elaboraron una regla que permite ponernos en alerta cuando nos hacemos un autoexamen de los lunares o manchas en la piel:

A de Asimetría:
Mientras que los lunares son redondos y simétricos, los melanomas iniciales son asimétricos.
B de Borde irregular:
Los lunares tienen bordes regulares y la mayoría de los melanomas  presentan bordes irregulares, haciendo ondas.
C de Color no homogéneo:
Los lunares son de color marrón, oscuro o claro, pero homogéneo. En cambio los melanomas iniciales tienen color no homogéneo (2 o más tonos: marrón, rojizo, negruzco).
D de Diámetro superior a 6 mm:
Los lunares suelen ser más pequeños.
E de Evolución:
Los melanomas siguen creciendo y variando de aspecto.

Ante cualquier irregularidad en el aspecto de tus lunares, tu mismo puedes revisar tus lunares siguiendo la regla del ABCDE y tras la exploración lo más recomendable es acudir a una consulta con un dermatólogo quien no solo hará un estudio de lunares para descartar cualquier tipo de cáncer de piel, sino que además te aconsejará como mantener la salud de tu piel.  Recuerda que utilizando los servicios a través de ClinicPoint puedes encontrar los mejores precios en Dermatología, que han sido acordados directamente con el centro o los médicos.

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