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Seminograma

Seminograma

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El seminograma (análisis del semen) estudia aspectos macroscópicos, químicos y análisis microscópico, de la concentración de los espermatozoides así como la movilidad, vitalidad y morfología de éstos.

Los casos de infertilidad han ido aumentando progresivamente en los últimos años debido al retraso de la maternidad y a los factores ambientales que perjudican la fertilidad tanto del hombre como de la mujer.

Cuando una pareja lleva meses intentando concebir un hijo y no lo consigue, debe someterse a un estudio de fertilidad que en el caso del hombre consiste en un seminograma y en la mujer incluye varias pruebas: el test de la hormona antimulleriana, una ecografía transvaginal, una histerosalpingografía, entre otras. Varios informes apuntan que en el 40% de los casos el problema de fertilidad es de origen masculino, el otro 40% es debido causas femeninas y en el 20% restante el origen es desconocido.

¿Qué es un seminograma?

El seminograma o espermiograma es un estudio del semen que se realiza para conocer el estado de la fertilidad del varón. La muestra se semen es sometida a un estudio cualitativo (calidad) y cuantitativo (cantidad). Los parámetros que se estudian a nivel macroscópico son el aspecto, el volumen, el pH, la viscosidad, la licuefacción y el color de los espermatozoides; y a nivel microscópico se analiza la concentración y número total de espermatozoides, la morfología, la movilidad y la vitalidad.

El estudio del semen acostumbra a ser la primera de las pruebas de fertilidad a las que se deben someter todas aquellas parejas que no consiguen quedarse embarazadas pasados 12 meses -si la mujer es menor de 35 años- o tras 6 meses de intentos, si supera esa edad.

El análisis del semen es imprescindible para determinar si el origen de la infertilidad está en el hombre y también para decidir qué técnica de reproducción asistida es la que más garantías ofrece en cada caso.

Recomendaciones antes de un seminograma:

La recogida de la muestra Normalmente, el hombre acude a la clínica para recoger la muestra de semen. Extremando la higiene, con las manos limpias y después de haber orinado, debe depositar la totalidad del eyaculado en un bote esterilizado. En el caso que la muestra se recoja en el hogar, se deberá mantener a una temperatura de entre 20 y 30 grados y entregarla en el centro médico antes de una hora. La muestra de semen debe obtenerse tras un periodo de abstinencia de 3 y 5 días. Nunca debe ser inferior a 2 días ni sobrepasar los 4 días. Si en los 7 -10 días anteriores a la fecha has tenido fiebre o has estado tomando antibióticos, deberás comunicarlo en el centro médico y posponer la fecha ya que los resultados pueden salir alterados.

¿Cuándo está indicado hacer un seminograma?

El espermiograma se recomienda en las siguientes situaciones:

- Parejas en las que la mujer tiene menos de 35 años y que tras un año relaciones sexuales sin protección no consiguen el embarazo. Si la mujer es mayor de esa edad, a los 6 meses ya se puede empezar con las pruebas de fertilidad.

- Si el hombre ha sufrido un traumatismo en los genitales, una torsión testicular o una infección de la vía seminal.

-Si está operado de criptorquidia (situación en la que uno o ambos testículos no han descendido hasta la posición correcta en el escroto).

- Si ha habido un consumo de anabolizantes.

- Si tras un cáncer se ha sometido a quimioterapia o radioterapia.

- 3 meses después de una vasectomía se hace un estudio del semen para comprobar la efectividad de la operación.

Los resultados del seminograma, ¿qué esperar?

Los resultados del espermiograma indican el nivel de fertilidad masculino, lo que sin duda es fundamental para conocer las posibilidades de conseguir un embarazo de forma natural.

Cuando el embarazo natural no es viable, los resultados del seminograma junto con el estudio de fertilidad de la mujer permiten decidir la técnica de reproducción asistida más adecuada: inseminación artificial o fecundación in vitro, en cualquiera de sus variantes.

Las principales anomalías que se detectan en el análisis del semen son la oligozoospermia o concentración baja de espermatozoides; la astenozoospermia, cuando presentan poca movilidad; teratozoospermia si su morfología está alterada; o la combinación de algunas de ellas.

Volumen: La cantidad mínima de semen debe ser de 1,5 ml habiendo respetado el periodo de abstinencia.

Cantidad o concentración: El número mínimo de espermatozoides debe ser de 15 millones por mililitro.

pH: El valor normal se sitúa entre 7,2 y 8,1.

Color: Blanquecino, amarillento y grisáceo. Otras tonalidades pueden indicar infecciones o problemas de próstata.

Consistencia: Gelatinoso y viscoso. Si es muy espeso puede haber alguna alteración en la próstata.

Movilidad: Por un lado, deberían moverse más del 40% de los espermatozoides. Por el otro, más del 32% deben tener movilidad progresiva, es decir, que con sus movimientos avancen.

Vitalidad: Es la cantidad de espermatozoides vivos en una muestra y debería estar por encima del 58%.

Morfología: Se analizan la cabeza y la cola, siendo lo habitual encontrar más del 50% de espermatozoides “normales”.

Si el resultado del seminograma es negativo, ¿qué opciones tengo?

Un espermiograma negativo indica que el estado de fertilidad del hombre no permite un embarazo natural. Si se detecta que el problema está en la falta de movilidad de los espermatozoides, el semen se puede someter a un proceso de capacitación o mejora, llamado REM, que consiste en separar los espermatozoides móviles progresivos del resto y transferir a la mujer solos los de buena calidad.

En caso que con esta técnica no se consiga optimizar la muestra lo suficiente o no se llegue al embarazo, se deberá recurrir a un donante de semen. Con la donación de semen se puede realizar una inseminación artificial o una fecundación in vitro. En el caso de mujeres solteras, que afrontan la maternidad en solitario o de parejas formadas por mujeres, siempre deberán acudir al donante de semen para quedarse embarazadas.